El impacto del calor en la salud mental y cómo contrarrestarlo con nutrición e hidratación.

Cuando llegan los meses de calor, también llegan ciertos malestares que muchos no asocian de inmediato con el clima: cansancio mental, irritabilidad, dificultad para concentrarse o dormir, y una sensación general de fatiga emocional. Aunque se habla mucho de los riesgos del calor para la salud física, ¡tambien afecta tu salud mental!

Cómo el calor influye en tu cerebro y emociones

Las altas temperaturas fuerzan al cuerpo a regular constantemente su temperatura interna, lo que implica un esfuerzo adicional del sistema nervioso. Esto puede causar:

  • Dificultad para concentrarse.
  • Mayor sensibilidad emocional.
  • Cambios de humor repentinos.
  • Alteraciones del sueño.

Las personas con condiciones como ansiedad, depresión o trastornos neuropsiquiátricos pueden sentir estos efectos con mayor intensidad. Además, el calor puede alterar la efectividad de algunos medicamentos psicotrópicos.

Nutrición que regula y refresca

Lo que comes también puede ayudarte a reducir el impacto del calor sobre tu estado de ánimo. Algunas recomendaciones clave:

  • Alimentos ricos en agua: sandía, pepino, melón, apio, lechuga. Aportan hidratación y minerales esenciales.
  • Grasas saludables: aguacate, nueces, semillas, pescados grasos. Apoyan la función cerebral y estabilizan el ánimo.
  • Infusiones frías de hierbas como menta, manzanilla o hibisco. Refrescan, hidratan y pueden tener efectos calmantes.
  • Evita azúcares simples y comidas ultraprocesadas, que generan inflamación y fatiga.
  • Bebidas con electrolitos naturales: agua de coco, suero casero con sal marina y limón.

Sueño y descanso, tus aliados ocultos

El calor puede dificultar el sueño profundo, lo que empeora la regulación emocional. Algunas estrategias incluyen:

  • Dormir con ropa ligera y sábanas de algodón.
  • Refrescar la habitación con ventilación cruzada o ventilador.
  • Evitar pantallas al menos una hora antes de dormir.

Enfoque neurodivergente: estrategias adaptadas al calor

Las personas neurodivergentes pueden vivir el calor de forma más intensa y desreguladora. Algunos puntos clave:

  • Sensibilidad sensorial: El exceso de calor, sudor y ropa húmeda puede desencadenar sobrecarga sensorial en personas autistas. Ropa ligera, tejidos naturales y duchas refrescantes pueden ayudar.
  • TDAH y regulación corporal: El calor puede aumentar la impulsividad y disminuir la tolerancia a la frustración. Hacer pausas frecuentes, comer regularmente y mantener la hidratación puede evitar crisis.
  • Ansiedad o disautonomía: El calor puede agravar los síntomas, como mareos o taquicardia. Evita exposiciones prolongadas al sol, mantente en lugares frescos y prioriza comidas ligeras.
  • Apoyos visuales o estructurales: Usar calendarios visuales, rutinas y recordatorios para beber agua o descansar puede mejorar la autorregulación.

Cuidar tu salud mental en verano también incluye atender tus necesidades sensoriales, emocionales y corporales. Tu bienestar es integral y merece atención durante todo el año.