Alimentación antiinflamatoria: un aliado silencioso para la salud mental

Cada vez hay más evidencia de que lo que comemos no solo afecta nuestro cuerpo, sino también nuestra mente. Entre los enfoques nutricionales más investigados en los últimos años destaca la dieta antiinflamatoria, con beneficios significativos para la salud cerebral y emocional.

¿Qué es la inflamación crónica?

La inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante infecciones o daños. Pero cuando esta se vuelve crónica —por una dieta deficiente, estrés o falta de ejercicio—, puede contribuir a enfermedades como la depresión, la ansiedad o incluso el Alzheimer.

¿Cómo influye la alimentación?

Algunos alimentos estimulan procesos inflamatorios, mientras que otros los combaten. La dieta antiinflamatoria busca reducir los primeros y potenciar los segundos.

Alimentos antiinflamatorios clave
  • Frutas y verduras ricas en antioxidantes (arándanos, espinaca, brócoli).

  • Grasas saludables como el omega-3 (presente en pescados como el salmón, nueces y semillas de chía).

  • Legumbres y granos integrales, que estabilizan el azúcar en sangre.

  • Especias como la cúrcuma y el jengibre, con efectos antiinflamatorios naturales.

¿Qué evitar?
  • Azúcares refinados.

  • Alimentos ultraprocesados.

  • Grasas trans y aceites vegetales industriales.

  • Exceso de alcohol.

¿Qué dice la ciencia?

Estudios recientes vinculan dietas proinflamatorias con un mayor riesgo de depresión. Por el contrario, una alimentación rica en vegetales, frutas, pescados y aceite de oliva (como la dieta mediterránea) se asocia con mejor estado de ánimo, menor deterioro cognitivo y mayor bienestar general.

Alimentarse no es solo una cuestión de calorías. La dieta antiinflamatoria ofrece una forma natural de apoyar nuestra salud mental, con beneficios a largo plazo que van mucho más allá del plato.