Nuestro peso corporal es la suma de todos los tejidos del cuerpo y es considerado una medida antropométrica tradicional junto con la talla.
¿Qué porcentaje de tu peso es agua, grasa o músculo?
El análisis de la composición corporal a través de la antropometría (utilizada sobre todo en deportistas) puede estimar las proporciones relativas de grasa, masa magra, masa ósea y resto de tejidos.
Para un análisis a través de una báscula de bioimpedancia se podrían calcular otros factores diferentes de nuestro cuerpo:
- Masa grasa
- Masa magra o masa libre de grasa
- Proteínas totales
- Agua intracelular y Agua extracelular
- Tejido óseo
Los porcentajes en la composición de cada elemento pueden variar según el sexo, edad, etnia, nivel de actividad física, entrenamiento, tipo de dieta y en ciertas enfermedades.
Cómo y por qué se acumula la grasa en nuestro cuerpo
Nuestro cuerpo no es un frigorífico ni una despensa para almacenar la comida, pero la naturaleza ha dispuesto de un mecanismo prodigioso para utilizar la energía resultante de los alimentos ingeridos para compensar el gasto que el organismo genera.
Lo que hace este ingenioso mecanismo es utilizar la energía sobrante de lo que hemos comido para fabricar un combustible de reserva de gran rendimiento y eficacia que pueda usar en otro momento. O lo que es lo mismo, la energía que sobra la mete en el “banco” del organismo de la manera más rentable que hay: en forma de grasa.
De los tres tipos de moléculas, la grasa es la que más energía aporta con relación a su peso, exactamente nueve calorías por gramo, cuando el resto de las moléculas, hidratos de carbono y proteínas, presentan sólo cuatro, de ese modo se acumula más energía en menos cantidad de volumen.
La grasa que forma parte de la composición corporal no tiene su origen en la grasa que se ha comido, sino que es en lo que se ha transformado la energía que sobra procedente de la alimentación. Esto da lugar a confusiones, porque hay personas que no se explican cómo pueden tener un exceso de grasa, si, según ellas, “no comen alimentos grasos”. Pues ya sabéis el motivo. La contabilidad que el organismo lleva a cabo desde el punto de vista energético depende de la energía que aporta cada alimento y la calidad de éste.
Independientemente de lo que comamos, también afectan otros factores como el horario, cómo se ingieren los alimentos y la calidad de ellos como hemos dicho anteriormente.
¿Cómo se mide la grasa corporal de nuestro cuerpo?
Para medir nuestro porcentaje de grasa corporal se puede hacer con una báscula de bioimpedancia o realizando una antropometría (este método es más exacto) y en unas condiciones concretas. Existen diferentes tipos de básculas de bioimpedancia en el mercado (en la consulta tenemos una para medir los progresos de mis pacientes) y pueden tener cuatro u ocho electrodos (solo para los pies o para los pies y las manos, respectivamente).
La medición de la grasa corporal se realiza a través de impulsos eléctricos, controlando el tiempo que tarda en pasar la corriente eléctrica desde el electrodo de entrada hasta el de salida y, en base a eso, nos ofrece nuestro porcentaje de grasa corporal.
A más grasa corporal, más tardará el impulso en llegar y mayor será nuestro porcentaje. Esto lo sabemos porque los impulsos eléctricos viajan más rápido por el agua que por la grasa, donde encuentra una mayor resistencia, y esto es lo que hace que tarden más tiempo o menos en llegar a la salida.
La báscula de bioimpedancia también nos da otros datos importantes para conocer nuestro cuerpo, como es el peso de nuestra masa ósea y el porcentaje de agua.
¿Es fiable el Índice de Masa Corporal (IMC) para medir nuestro peso?
El porcentaje de grasa corporal es un valor importante que debemos tener en cuenta si queremos bajar de peso o simplemente para conocer nuestro estado de forma. Es una cifra muchísimo más fiable que el IMC (índice de masa corporal) para saber si tenemos sobrepeso u obesidad, ya que distingue la materia grasa que se encuentra en nuestro cuerpo de otra materia magra como puede ser nuestra masa muscular, el peso de las vísceras o de los huesos.
En las personas que de forma habitual entrenan, sobretodo aquellas que realizan ejercicios de fuerza, es muy habitual que el IMC sea elevado y que llegue a indicar un índice de sobrepeso u obesidad cuando en absoluto se trata de personas obesas. Este tipo de deportistas posee una gran cantidad de masa muscular, lo que hace que tengan un peso elevado para su altura; sin embargo, suelen tener también un porcentaje de grasa bastante bajo.
Como veis, el peso no lo es todo. Así que, ahora que ya sabéis un poco más sobre la composición corporal y la acumulación de masa grasa, solo necesitáis unas sencillas rutinas de nutrición y actividad física para conseguir un buen estado de salud.
¡En Besfor nos ocupamos en ayudaros para conseguirlo!